parejas ¿es posible la fidelidad?
¿Es posible ser fiel?
Un número cada vez mayor de personas, son infieles a sus parejas. No importa la extracción de clase social, la cultura o el nivel educacional, dadas ciertas condiciones, cualquiera puede caer en el juego de la aventura “prohibida”: a veces Eros flecha por la espalda.
Los individuos que sostienen vidas paralelas, pareja/amante, suelen estar atrapados por un conflicto aparentemente irresoluble porque lo quieren todo: “No soy capaz de dejar a mi amante, ni dejar a mi pareja…”.
Y mientras la indecisión se mantiene, la contradicción se agudiza. En lo más profundo de su ser, los que han abierto sucursales afectivo/sexuales, quisieran unir a sus dos “medias naranjas” mágicamente y crear un Frankenstein amoroso que resuelva la esquizofrenia emocional. Lo que llama la atención, es que la mayoría cree que el milagro es posible.
La infidelidad es la principal causa de divorcio y maltrato conyugal.

¿Qué es ser infiel?: romper traicioneramente un acuerdo efectivo/sexual preestablecido.
Todo comportamiento infiel tiene una dimensión ética, que no podemos escabullir, porque entre otras cosas, lo que más duele es la mentira y la trampa de la persona amada. La persona infiel, bajo los efectos de enamoramiento o de la atracción sexual suele ser víctima de una mutación, una transformación radical en sus principios, en sus metas y motivaciones básicas, de allí que el engañado o engañada consideren que su pareja “ya no es la misma”. La infidelidad afecta a todos los implicados y no para bien, no queda títere con cabeza y todo vuela por los aires.
La fidelidad no es ausencia de deseo (nadie puede asegurar que nunca le gustará nadie más), sino producto de la voluntad y una decisión consciente. En otras palabras: la fidelidad es autocontrol y evitación a tiempo. Cuando sospechamos que alguien puede llegar a gustarnos de verdad (en el sentido de movernos el piso) o cuando sentimos el primer pinchazo de la atracción y no queremos ser infieles, la mejor opción es alejarnos de la tentación y no jugar con fuego. Como veremos a lo largo del texto, resulta paradójico que sean precisamente las personas que se perciben a sí mismas como radicalmente “incorruptibles” las que más probabilidades de enredarse en amores clandestinos ¿La razón?: la mayoría está convencida de que el amor, les provee una armadura a prueba de encantos y los hace inmunes a la infidelidad. Insisto la fidelidad es un acto de la voluntad y no del corazón.
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